El año 2019 se encuentra a la vuelta de la esquina y hay que reconocerlo, nos ponemos estresados, melancólicos e incluso ansiosos por ese futuro incierto, pero poniendo nuestras esperanzas en que será un buen año el que viene…. otras personas pueden pensar que es sólo un cambio de número en el calendario.
Bueno o malo, el año 2018 ya se va y nos estamos preparando para despedirlo con ganas y como siempre, muchas personas alrededor del mundo comienzan a hacer las resoluciones que esperan que sucedan en el próximo año, cambios de hábitos, nuevos trabajos, estudios, salud, aprender cosas, etcétera, etcétera, etcétera… y como buenos seres humanos, muchos lo dejamos para el último momento, incluso cuando ya comienza la cuenta regresiva del 10…9…8…7…6…5…. pensamos en qué queremos hacer y lograr.
Muchos, creo yo, que este cambio de número del calendario, es una oportunidad para enfocarnos en nuestras vidas, para establecer nuevas metas y como para (mágicamente) reiniciar nuestras vidas sin retroceder en el tiempo ni congelar el pasado, sin embargo, establecer estas metas u objetivos es un mero capricho popular de las personas, pero uno muy lindo y casi siempre lleno de promesas poco reales que a conciencia sabemos que no cumpliremos, pero aún así nos las proponemos, o sea, no porque diga que quiero hacer más ejercicio, me inscribiré en un gimnasio e iré día por medio, pero aún así quiero realizar más ejercicio.
En todo caso, si somos realistas, hay que reconocer que sea lo que sea que queramos como deseo de año nuevo, no se cumplirá de la noche a la mañana ni que mágicamente despertaremos el primero de enero con un superpoder que nos hará invencibles y con energías exclusivas para cumplir nuestras propias promesas, por más uvas que comamos a la media noche anterior… si puede que la caña (o resaca) de la noche anterior sea mayor a las ganas de comerzar a alcanzar nuestras metas.
Hay que ser pacientes y no olvidar lo que queremos, y no esperar a que sucedan de milagro.
En mi caso, mis resoluciones para el año 2019 son dos:
Dedicarle 20 minutos al día a realizar actividades para mi beneficio personal
Me gustan hacer tantas cosas que al final termino haciendo nada, y son actividades que me benefician a mi: me relajan, me llenan, me hacen feliz, así que de las 24 horas que tiene un día, quiero dedicarle al menos 20 minutos diarios a uno de mis hobbies: piano, artesanía, lectura.
Trabajo, salud y amor
Quiero tener un buen trabajo, buena salud y amor en mi vida. Quiero disfrutar de la compañía de los mios y de mi amor propio también.
¿Cuáles son las resoluciones más comunes que las personas todos los años se hacen?
Salud
Esta creo que va de la mano con el exceso de las fiestas y/o vacaciones, quieren dedicarle tiempo a comer saludable, hacer más ejercicios, dormir lo suficiente y tener menos estrés sin abusar de la poca actividad diaria, dejar los vicios que te hacen feliz, pero que sabes te hacen mal. En fin, queremos vivir balanceados y equilibrados: es decir, felices.
Carrera profesional vs. Vida familiar
Queremos tener un trabajo que nos permita un desarrollo profesional y si es poco estresante mejor, pero que también no nos consuma tanto tiempo de vida para poder disfrutar de la vida. Seamos realistas: muy pocos trabajos así existen y para lograrlo debemos esforzarnos y escalar poco a poco. Sin embargo, el común de las personas deben salir todos los días a trabajar y no siempre es algo que les gusta hacer, y llega la interrogante de si es realmente eso lo que quieres hacer con tu vida… cuando la respuesta a esto es negativa, se plantean buscar nuevos desafíos para lograr lo que realmente buscan para ser felices y aprovechan el nuevo año para empezar con mayor motivación y ganas para hacerlo.
Muchas gracias por leer una vez más.
Cariños,
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